El Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció la «designación» de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y el exministro de Planificación Julio De Vido por su «participación en corrupción significativa», lo que implica la prohibición de su ingreso al país norteamericano. La medida también afecta a sus familiares inmediatos.
Según el comunicado oficial firmado por el secretario de Estado, Marco A. Rubio, ambos exfuncionarios «abusaron de sus cargos al orquestar y beneficiarse económicamente de múltiples esquemas de soborno relacionados con contratos de obras públicas, lo que resultó en el robo de millones de dólares del gobierno argentino». La acción se enmarca en la Sección 7031(c) de la Ley de Asignaciones del Departamento de Estado, que permite sancionar a funcionarios extranjeros cuando existen pruebas creíbles de corrupción significativa o violaciones graves a los derechos humanos.
El Departamento de Estado aclaró que la «designación» no constituye una condena judicial, sino una medida diplomática contundente utilizada por Estados Unidos para marcar su posición política y moral frente a casos de corrupción. Además, esta acción podría habilitar la cooperación con otros países y agencias internacionales para eventuales investigaciones patrimoniales o judiciales.
Reacciones y cruce político
La expresidenta Cristina Kirchner respondió en sus redes sociales con una publicación cargada de ironía y críticas dirigidas al presidente argentino Javier Milei. En su mensaje, insinuó que la medida habría sido promovida por Milei ante la administración estadounidense y desestimó los cargos en su contra con comentarios sobre otros casos judiciales internacionales.
Kirchner también cuestionó que, históricamente, la administración estadounidense no haya aplicado sanciones similares contra exdictadores argentinos como Jorge Rafael Videla y Emilio Massera. Asimismo, vinculó la decisión con una supuesta estrategia de Estados Unidos para favorecer la gestión económica de Milei y facilitar un eventual acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Por su parte, el presidente Milei reaccionó rápidamente en su cuenta de X con un escueto «CHE Cristina…», acompañado del comunicado oficial del Departamento de Estado. Su publicación fue interpretada como una celebración de la decisión estadounidense y un mensaje provocador hacia la exmandataria.
Cristina Kirchner, a través de sus redes sociales, publicó un extenso mensaje en el que ironizó sobre las acusaciones y arremetió contra Milei y su relación con Donald Trump y el FMI:
«¿Será por una cripto estafa? Porque, la verdad, no hice ninguna cripto estafa en Estados Unidos ni en ningún otro lado. Y mi hija, menos. ¿Mi hijo habrá abusado sexualmente de alguna periodista o escritora en la tienda más cara de Nueva York? ¿O habrá sobornado a alguna prostituta norteamericana para que no diera a conocer que había contratado sus servicios porque lo perjudicaría en su campaña? Tampoco… Ninguna de las dos. Me parece que la verdad debe ser que todavía no digirió que en el año 2019, después de haberle ordenado al FMI darle 45 mil millones de dólares a su amigo Mauricio Macri para ayudarlo en su campaña por la reelección presidencial, le hayamos ganado esas elecciones. ¿Y ahora? ¿Le van a volver a dar 20 mil millones de dólares al Presidente de la cripto estafa? Acuérdense que tampoco va a reelegir. En mi barrio le dicen “gastar pólvora en chimangos”. El problema es que su gobierno después se lo hace pagar a todo el pueblo argentino.
P/D: Che… “Economista experto en crecimiento con o sin dinero”… y en cripto estafas… ¡Como te duele lo que te digo, eh! No pudiste contenerte y saliste a postear enseguida dejando todos los dedos marcados que fue un pedido tuyo. A vos solito no te da la nafta… ni en la economía, ni en la política. Por eso salís a pedir ayuda al Fondo Monetario y a Trump… SE NOTA MUCHO, MILEI!
P/D2: El 24 de marzo todos a marchar, que a Videla y a Massera nunca les prohibieron ingresar a EEUU.»
Repercusiones políticas
El fallo judicial generó reacciones a nivel nacional. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, expresó su rechazo a través de sus redes sociales ante la reciente negativa del gobierno de Estados Unidos de permitir el ingreso a Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y sus familias. En un mensaje crítico, Kicillof vinculó esta medida con una supuesta complicidad del presidente Javier Milei con Washington.
«Triste y grave: Estados Unidos le niega la entrada a @CFKArgentina, De Vido y sus familias. La costumbre norteamericana de atacar al peronismo por defender el interés nacional de la Argentina. Esta medida insólita y ofensiva para nuestra soberanía fue claramente tomada en complicidad con Javier Milei, un presidente que se arrastra frente a Washington con la misma pasión con la que desprecia a la Argentina. La patria no se vende», manifestó el mandatario bonaerense.
Las declaraciones de Kicillof se suman a un clima de creciente tensión política en el país, en medio del proceso de intervención del PJ Misiones y los cambios en el escenario político nacional.
Impacto de la medida
La «designación» impuesta por el Departamento de Estado implica que Cristina Kirchner y Julio De Vido no podrán ingresar a los Estados Unidos, y sus familiares directos también podrían enfrentar restricciones. Según la normativa estadounidense, esta acción se basa en información y evidencia considerada suficiente por la administración norteamericana, sin necesidad de una condena judicial en el país de origen.
Desde Washington han señalado que la medida forma parte de una estrategia global de lucha contra la corrupción, buscando evitar que actores implicados en delitos financieros encuentren refugio o impunidad en territorio estadounidense. La disposición también puede repercutir en futuras investigaciones internacionales sobre la fortuna y los activos de los sancionados.
El gobierno de Estados Unidos reporta periódicamente al Congreso sobre este tipo de sanciones y mantiene una postura de tolerancia cero frente a la corrupción en los niveles más altos de gobierno. En este sentido, la «designación» de Kirchner y De Vido se inscribe dentro de una política más amplia de presión y control sobre líderes y exfuncionarios con antecedentes de corrupción.