«El narcotráfico es un flagelo que avanza a lo largo de todo el país. En muchos casos, a través de sus prácticas en los barrios populares, se manifiesta como ‘narcomenudeo’», sostuvo Martín Sereno, dirigente del partido Tierra, Techo y Trabajo y del Movimiento Evita Misiones, y ex diputado provincial. Además, advirtió: «Cuando el Estado abandona sus funciones, no surge la libertad, sino que aparece el desmantelamiento del tejido social».
Casi desde el inicio del gobierno libertario, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), las organizaciones sociales y los curas villeros vienen denunciando esta política de abandono. En ese sentido, observan que la ausencia de acompañamiento estatal a cooperativas, comedores populares, clases de apoyo, centros de atención para jóvenes con consumos problemáticos y espacios de contención para mujeres víctimas de violencia ha sido total.
«En los barrios populares, las consecuencias son inmediatas: provocan hambre, desesperación y desamparo. Y ahí donde el Estado se retira, el narco avanza. Lo hace ofreciendo ‘oportunidades’ económicas rápidas, sustituyendo con poder ilegal lo que antes sostenía la comunidad con organización y solidaridad», destacó Sereno.
Hizo hincapié en que, cuando se retira la política pública, no solo se debilita la ayuda, sino que se destruye el tejido social. Ese vacío no permanece desocupado por mucho tiempo; lamentablemente, lo ocupa el negocio del narcotráfico.
«Creemos que el discurso de la ‘libertad’ que el Gobierno nacional convirtió en bandera es, actualmente, una cortina de humo para justificar la demolición del Estado. Bajo la idea de que todo lo público es ineficiente, se abandonó a las familias, se desfinanciaron los espacios comunitarios y se cortaron las redes sociales que daban contención a millones de personas», afirmó.
«Donde no hay comunidad, se impone el individualismo»
Respecto al Gobierno nacional, Sereno criticó con preocupación que el anarcocapitalismo que pregona Javier Milei —prometiendo libertad—, en cambio, trajo narcocapitalismo. «Prometió menos Estado, pero lo que eliminó fue la presencia que protegía, contenía y generaba oportunidades; prometió orden, pero creció el desorden del mercado más brutal, que es el crimen organizado».
Dijo estar convencido de que «donde no existen políticas públicas, hay negocio; donde no hay trabajo, predomina la droga, y donde no existe comunidad, hay clientela. Los mismos que gritan por libertad son los que entregan el territorio: abandonan a los jóvenes, destruyen las redes comunitarias y después los culpan por caer en el delito».
Agregó que quienes ahora, desde un discurso punitivista, vuelven a hablar de «cárcel o bala» —como lo hizo el diputado libertario José Luis Espert— «muestran que su única respuesta frente al drama social es la represión», lamentó Sereno.
Reiteró que la política que implementa el Gobierno nacional no solo recorta recursos, sino que busca imponer un sentido común según el cual cada persona debe arreglárselas como pueda; que la solidaridad es un gasto; que los pobres son un problema y no una responsabilidad colectiva.
Reconstruir la presencia del Estado con organización popular
En los barrios de Misiones, las madres y vecinos suelen decir: «Esto que pasa hoy con nuestros chicos no es casualidad». Y saben que, cuando se destruye la organización social, también se elimina la primera trinchera contra la droga y la violencia.
Para el dirigente territorial, queda un largo camino para recuperar la esperanza. «El desafío no es volver al pasado, sino reconstruir la presencia del Estado desde abajo, con organización popular, planificación, inversión y justicia social; porque el verdadero enemigo no es el Estado, sino su ausencia. Es evidente que cuando el Estado se borra, el narco lo reemplaza, y cuando el mercado dicta las reglas, la vida se convierte en negocio», remarcó Martín Sereno.
En ese sentido, insistió en que hay que volver a impulsar políticas públicas que abracen a quienes quedaron excluidos, que devuelvan oportunidades y que restituyan el sentido de comunidad.
«Porque no hay libertad que se imponga con balas ni con discursos de odio, sino con políticas de trabajo, inclusión y dignidad. La verdadera libertad no se construye desde el abandono, sino desde la justicia social, con trabajo, solidaridad y esperanza», señaló el secretario general del Movimiento Evita.