La fábrica de zapatillas brasileña Dass, licenciataria en la Argentina de la marca Adidas -entre otras- cierra su planta de la ciudad de Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires, argumentando caída de la actividad por ingreso de importaciones y la traslada a la ciudad de Eldorado, donde cuenta con una planta en la que produce las marcas Umbro, Fila, Asics y Nike.
La empresa comunicó el despido de los 360 trabajadores de la planta de Coronel Suarez a partir del 20 de enero.
La empresa no anunció si debido a la producción de zapatillas Adidas en Eldorado tomará operarios o seguirá con el mismo equipo de personal que ya tiene en la fábrica de la ciudad misionera.
La apertura de importaciones que comenzó a implementar el gobierno nacional durante el 2024 fue anunciada y festejada por empresarios y medios de comunicación cercanos al poder económico, junto a los funcionarios de las carteras de desregulación y economía. La presentaron como una gran oportunidad comercial y de crecimiento económico, a partir de la libre competencia. Pero hubo quienes alertaron que las consecuencias de hacerlo sin antes generar las condiciones necesarias para que quienes produzcan en la Argentina fueran competitivos podría acarrear problemas mayores. Esos problemas empiezan a presentarse en el rubro textil.
A comienzos de 2024, según fuentes gremiales, la firma tenía en Coronel Suárez alrededor de 900 trabajadores, pero con el correr de los meses fue concretando despidos en diversas tandas. En todos los casos, la caída de las ventas y el incremento de los costos de producción y laborales se mencionaron como las causas principales de esta decisión.
Allegados a la delegación de Eldorado del gremio de Uticra comentaron que desde octubre sabían que Dass reduciría su participación en la Argentina, pero la duda estaba en develar cuál de sus dos plantas sería la que pararía definitivamente. Por ello, la noticia del cierre de la planta bonaerense trajo algo de tranquilidad a la localidad de Eldorado, donde por el momento la firma seguirá confeccionando, además de las marcas mencionadas, zapatillas para la marca Adidas, en principio con la misma plantilla con la que funciona en estos días.
Riesgo de cierre

Desde el gremio de Uticra –que nuclea a los trabajadores del sector– consideran que la situación es compleja, y que el riesgo de un cierre total sigue en pie, por la baja competitividad de la producción local ante los productos de otras latitudes.
“Adidas empieza a abandonar la Argentina, producto de la brutal desregulación de la producción nacional, con la apertura indiscriminada de las importaciones, que continuará generando un cierre en cadena de cientos de empresas en el país, con la pérdida de miles de puestos de empleos. Este tipo de políticas económicas, ya las hemos vivido en los años ’90 y previamente durante la última dictadura militar, con el plan de Martínez de Hoz, que todos sabemos cómo terminan”, afirmó el secretario general de Uticra, Agustín Amicone, en declaraciones a FM Del Volga 99.5 de Coronel Suárez.
El sindicalista alertó además sobre “la peligrosa situación que atraviesa la producción del calzado y la gran mayoría de las industrias nacionales, que tendrá consecuencias nefastas para gran parte de la familia trabajadora”.
Amicone adelantó que el gremio está denunciando, tanto ante el Gobierno Nacional, como a la Provincia de Buenos, en sus distintas áreas de producción, industria y trabajo; “esta situación terminal en la actividad, como un ejemplo de la crisis laboral y productiva, en todo el país”.
La empresa
Gatic, empresa argentina que se convirtió en un gigante de la industria del calzado deportivo gracias a la producción de licencias de alta calidad como Adidas, transformó el mercado y generó un fuerte impacto en Coronel Suárez y los pueblos alemanes a finales de los ’70.
La fábrica, motor económico y social, produjo calzado de exportación hasta que la apertura económica y de las importaciones la llevaron a la quiebra en 2004. Con altibajos, la planta fue reactivada y adquirida por diferentes grupos empresarios. En 2022, el gerente general de Adidas afirmaba que la de Coronel Suárez era una «fábrica modelo», y que había alcanzado un récord de producción con 2,8 millones de pares de zapatillas. Tres años después, la empresa anunció el cierre definitivo de la planta, dejando a 360 familias sin empleo.
Gatic, fundada en 1953 por el armenio-argentino Eduardo Bakchellian, se consolidó como una de las principales fabricantes de indumentaria y calzado deportivo en Argentina. Durante décadas, la empresa operó múltiples plantas en el país. A partir de 1977, se instaló en Coronel Suárez, que se convirtió en un ícono de la industria local.
En su época de esplendor, especialmente durante las décadas de 1970 y 1980, Gatic fue un motor económico para el distrito. No solo fortalecía a la economía regional, sino que también generaba un tejido social en torno a la actividad fabril que cambió para siempre la fisonomía de Coronel Suárez y los pueblos alemanes.
Según especifica Radio de Volga 99.5 de Coronel Suárez la empresa experimentó su gran despegue al obtener las licencias para producir en Argentina productos europeos de alta calidad. Tras superar desafíos administrativos y técnicos, Gatic revolucionó el mercado local al introducir productos Adidas. Además, innovó en la venta al transformar tiendas en modernos puntos de venta y expandió su presencia nacional. Su éxito se consolidó con la exportación, incluso a la propia Alemania, obteniendo más licencias de marcas internacionales como Umbro, Le Coq Sportif, LA Gear y New Balance.
La planta en Coronel Suárez operaba con tecnología avanzada para la época, lo que permitía alcanzar altos niveles de productividad. En los años 80, Gatic diversificó su producción, incluyendo líneas de ropa deportiva y complementos, consolidándose como una empresa clave en la cadena de valor del sector. Durante estos años, Gatic exportaba a mercados internacionales, lo que generaba divisas y una reputación de calidad para la industria argentina.
La quiebra
Con la apertura económica y la llegada masiva de importaciones durante la década de 1990, Gatic comenzó a enfrentar dificultades. Los productos importados, generalmente más baratos, erosionaron la competitividad de las empresas nacionales.
A fines de 2001, tras la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa, Gatic presentó una convocatoria de acreedores. La empresa suspendió a su personal y cerró temporalmente sus plantas, incluyendo la de Coronel Suárez, debido a la caída de ventas y problemas en la cadena de pagos. En julio de ese año, los operarios llevaron a cabo una protesta por los salarios adeudados durante dos meses. Los 1700 operarios de la planta de Coronel Suárez bloquearon tres caminos de acceso a la localidad, mientras que los 330 trabajadores de la planta de Pigüé cortaron la ruta 33.
En 2004, la Justicia decretó la quiebra de Gatic, poniendo fin a su operación como grupo empresarial. Tras el cierre, la planta de Coronel Suárez fue adquirida por el grupo económico local ECyT-ar, que pagó 17 millones de pesos por las instalaciones de Coronel Suárez, Las Flores, Pilar y Pigüé, que buscaba reactivar la producción y preservar puestos de trabajo, permitiendo la reincorporación de una parte significativa de los trabajadores despedidos.
En Eldorado
La fábrica brasilera Dass abrió sus puertas en la ciudad misionera de Eldorado en agosto de 2007 con solamente 30 empleados.
El año anterior habían acordado con el municipio y la provincial remodelar una planta de aserradero de la ex firma Caffetti
A partir de allí, comenzó un crecimiento sostenido donde el número de personas en relación de dependencia crecía sostenidamente hasta que, en el momento de mayor esplendor, en el año 2015, eran algo más de 1.500 trabajadores con una producción diaria de 22.000 pares de zapatillas de distintas marcas.
Por esos años la empresa proyectaba inversiones y se había fijado la meta de tener una producción de 42.000 pares diarios.
Pero la situación económica del país cambió, las inversiones se estancaron, los pedidos de mercadería disminuyeron y comenzaron a darse los despidos. Primero en forma gradual hasta que en el 2018 se sucedieron despidos masivos: de los 1.450 empleados existentes a fines de 2015 en junio de 2018 sólo quedaban 600. Luego a mediados de 2019, fueron en total 309 operarios los que fabricaban alrededor de 7.000 pares diarios.
En 2020 con el anuncio de Nike, empresa para la cual fabricaban desde el año 2007, de que abandonaba Argentina la fábrica estuvo a punto de cerrar. Fue una de las etapas más compleja tanto para los trabajadores y en general de una comunidad que veía en peligro el movimiento económico que representaba la empresa.
En 2021, el entonces presidente Alberto Fernández visitó la planta y los propietarios anunciaron una inversión de 25 millones de dólares esto motivó que un grupo de trabajadores despedidos retomen sus actividades.
Sin embargo, las inversiones anunciadas no llegaron.
El plantel hoy consta de aproximadamente 500 empleados con una producción de 8.000 pares de zapatillas diarias.